"Somos todos uno". Así describe Batista la forma de trabajo que llevan adelante los dos cuerpos técnicos. Con tiempos distintos, (la Sub 20 dirigida por Claudio Úbeda deberá disputar el Sudamericano de la categoría en enero, mientras que a la Sub 17 conducida por Miguel Micó le toca en marzo) pero con el mismo objetivo: fijar normas de conducta y de juego para que los jóvenes puedan crecer en las Juveniles y llegar "al fondo". Sí, a ese complejo repleto de galácticos de la pelota que vienen, desde hace tres años, llegando a las definiciones de las máximas competencias del planeta futbolero.
Tienen un brillo especial en los ojos, el Bocha y Roly. A los dos los acompaña una mochila cargada de experiencia en las divisiones inferiores del Fútbol Argentino. Ambos conocen del trato con los jóvenes, al igual que cada uno de los integrantes de los cuerpos ténicos de las Selecciones. Por eso, para ganar tiempo y aprovechar su experiencia, decidieron conformar un equipo: cada uno tiene su planificación, pero se adoptaron pautas conjuntas. Se reparten la visita a las canchas los sábados y domingos para ver jugadores de diferentes categorías. Porque, al final, cada Selección buscará lo mismo en los Sudamericanos que se avecinan: "Argentina no puede faltar a un Mundial, por eso nos movemos para que el margen de error sea el mínimo", explican, a dúo.
"Argentina es el N° 1 en calidad de jugadores", cuenta Bertolini, que destaca los aspectos para tener éxito en el desarrollo de los chicos. "Hay que tener planificación, orden y ser detallista en la elección de los jóvenes". Los minutos valen horas. Fernando y Rolando tienen que seguir elaborando. Porque, como ellos dicen, "tenemos que aprovechar al máximo cada día que tenemos para trabajar. Principalmente por el presente y el futuro del Fútbol Argentino".