16/06/2015

Argentina de América: 32 años después

Se hizo larga la espera. Desde la Copa del '59 que la Selección no podía campeonar en el máximo torneo a nivel sudamericano. Claro, en el ínterin, dos títulos mundiales. Y en la antesala del torneo que se jugó en Chile, Argentina había logrado llegar a la final en el Mundial de Italia. Sí, el de Diego con el tobillo como una pelota de tenis. O el de la definición de Claudio Paul contra Brasil. Para la mayoría, el torneo de los penales de Goycochea.

Pero eso era un capítulo aparte de esta historia. Ya sin Bilardo en el banco, el nuevo entrenador del conjunto nacional era Alfio Basile. El Coco, un lírico del fútbol que siempre intentó que sus equipos jugaran bien a la pelota, propuso un equipo ofensivo con Gabriel Batistuta como nueve de área, rodeado por el Pájaro y Diego Latorre, compañero del 9 en Boca.

El camino hacía los laureles empezó con goleada a Venezuela (3-0), siguió con triunfo por la mínima contra los locales y con otra vcitoria olgada contra los paraguayos (4-1). El cierre del Grupo A terminó con el 3-2 a favor vs. Perú, lo que le permitió ser primero y clasificar a la liguilla final junto a Chile, Brasil y Colombia.

Ya en el cuadrangular definitorio, el equipo de Coco tenía un debut clásico: Brasil quería tomarse revancha de lo sucedido en Turín el año previo. Fue una batalla futbolera en la que prevaleció la Selección, gracias al doblete de Darío Franco y un tanto de Batigol para el 3-2 ganador. A continuación, empate sin goles contra los chilenos. Se venía el partido decisivo del torneo. Otra vez en el estadio Nacional de Santiago como sede, la Selección Colombia de Pancho Maturana era último obstáculo previo al título. Con dos conquistas tempraneras, una de Cholo Simeone y otra de Batistuta, que finalizó como top scorer del campeonato con seis goles, Argentina encaminó el triunfo que permitió cortar la sequía de 32 años sin títulos continentales.

El 21 de julio, Argentina volvía a ser campeón de América. Ruggeri, estandarte en la defensa, levantó la copa junto a todos sus compañeros. Un equipo que tenía alto poder de fuego con la dupla Batistuta-Caniggia, que contaba con mediocampistas de lucha y buen juego como Franco y Simeone. Fue un seleccionado que contó con la aparición de Leo Rodríguez, que se convirtió en el famoso uno del 4-3-1-2 que impulsó Basile. Claro, con Goyco en el arco, que no necesitó ser tan importante como lo había sido un año antes en Italia o como lo tendría que ser dos años después en Ecuador. Pero ese es otro capítulo de esta historia...