En La Paternal están tranquilos. Los hinchas de Argentinos ven la formación del equipo fecha tras fecha y saben que, tarde o temprano, saltará al campo el hombre gol: Lautaro Rinaldi. Como pasó ante Newell’s, ya había sucedido ante River.
Justamente, contra River, una pirueta en el aire hizo ilusionar a su equipo, que terminó perdiendo. Pero su golazo no se olvida. Con 33 minutos en cancha ese día, fue autor del único tanto en el 1-2. Menos tiempo estuvo contra Newell’s, el domingo: apenas jugó 27 minutos y anotó el segundo tanto del Bicho, 2-0 parcial que luego sería 2-1 final.
Siendo titular, sólo ante Chicago convirtió, en el 1-1 de Argentinos en el estadio Diego Maradona, por la séptima fecha del campeonato. La alternancia, justamente, generó una situación simpática: el domingo, Rinaldi convirtió el gol y corrió hasta el sector al lado del banco de suplentes, donde una señora mayor miraba el partido. Era su abuela María Josefa. A los 86 años, por primera vez fue a ver a su nieto a una cancha. “Me tengo que venir con un gol, si no, no voy”, le había anticipado la nona. Y vaya si le trajo suerte…