Fue en 1991 cuando su apellido cambió para el público futbolero. A partir de la Copa América que se jugó en Chile, Gabriel Batistuta fue adoptado por los hinchas de la Selección. ¿Qué nombre le pusieron? La elección fue Batigol. A partir de ahí, una historia de amor se hizo interminable para Gaby y Argentina. Fueron 56 goles en 78 partidos oficiales con la Albiceleste entre el año que conquistó su primer título y el 2002, para un promedio superlativo: 0.72%
Del otro lado de la Cordillera y con el Coco Basile en el banco del Seleccionado, Argentina se coronó campeón del continente con Bati como top scorer: sus seis goles fueron decisivos para subir al primer lugar del podio. Dos años más tarde, en Ecuador 93', el 9 volvió a hacer de las suyas. Aquella vez sólo convirtió en tres ocasiones, pero dos de sus tantos fueron en la definición frente a México. Otro título de América. Otra victoria con la Celeste y Blanca para uno de los grandes delanteros en la historia del conjunto nacional.
Como parte de los homenajes que lleva adelante la CONMEBOL en conmemoración a sus 100 años de vida, la entidad que nuclea al fútbol del continente sudamericano le entregó a Batistuta una réplica de la Copa América. Alejandro Domínguez, Presidente de la Confederación, puso en manos del eterno goleador el trofeo. "Es un reconocimiento que creemos es justo para la trayectoria de un jugador y de una persona que forma parte de la historia grande del fútbol Sudamericano", comentó el dirigente. "Siempre quise la réplica de un trofeo que significa mucho para mi carrera, para mis compañeros y para mi país", expresó Gabriel, que visitó las oficinas de la Confederación Sudamericana en Luque, Paraguay.
Un goleador único. Un punta que jugó tres Mundiales y que anotó 11 veces en la cita máxima con la camiseta de la Selección. Él, Batistuta de América.