07/08/2016

#ElRival Argelia

Por Mohamed Saad (director de prensa de la Federación Argelina de Fútbol)
 
En noviembre del año pasado, la Sub 23 de Argelia viajó a Dakar casi en el anonimato. Sólo un periodista acompañó al equipo para cubrir la Copa de África de Naciones clasificatoria a Río 2016. Nadie creía en las chances de una selección que había caído en el grupo de la muerte junto con Egipto, Nigeria y Mali, amén de que para el pueblo argelino los Juegos Olímpicos significan atletismo, boxeo y judo, únicas disciplinas que trajeron alguna satisfacción. Sin embargo, después del 1-1 con Egipto en el clásico, la gente empezó a soñar. Y el gran impulso lo dio el 2-0 sobre Mali. Desde ahí, todos empezaron a apoyar a los Guerreros del Desierto, que cerraron su zona con un 0-0 ante Nigeria, el gigante de la región. Faltaba sólo un pasito y, justo ahí, Argelia jugó su mejor partido: 2-0 en la semi contra Sudáfrica para asegurarse el histórico pasaje a Río, segunda clasificación olímpica tras Moscú 80, donde llegó a cuartos. En la final, volvió a encontrarse con las Águilas Verdes y pese la derrota por 2-1, el objetivo ya estaba cumplido. En ese sentido, Argelia viajó a Brasil con una ventaja: no tiene nada que perder porque su hazaña la consiguió en Dakar.  
 

La figura

 

 
 
Mohamed Benkhemassa. Jugador incansable, es el motor de la Sub 23 y del Unión de Argel, el club más poderoso del país. Puede jugar en todos los puestos del mediocampo y también de la defensa. Le queda brillar en Río para dar el salto a Europa y ser parte de la selección absoluta.
 

El técnico

 
 
 
André-Pierre Schurmann. En Suiza, su país de nacimiento, revolucionó las selecciones juveniles y por primera vez alcanzó la final de una Eurocopa Sub 21. Llegó a Argelia con esa chapa de buen formador y, en apenas tres años de trabajo, ya alcanzó la final de la CAN.