Presencia, excelente técnica, voz de mando y gran capacidad para distribuir la pelota. A partir de estas características, Ernesto Lazzatti se lució durante más de diez años en el mediocampo de Boca, donde con el correr de los partidos se ganó el amor de los hinchas y se transformó indudablemente en un ídolo de la institución.
El 'Pibe de Oro', como lo apodaban, nació 25 de septiembre de 1915 en Bahía Blanca, pero se crió en Ingeniero White, un pueblo cercano. Allí comenzó a jugar en Puerto Comercial hasta que llegó a Boca, donde debutó en Primera División el 8 de abril de 1934, hace exactamente 85 años, ante Chacarita. En la institución estuvo durante trece años, siempre siendo una pieza clave en el mediocampo a partir de su jerarquía y elegancia dentro de la cancha. En total, ganó cinco títulos locales en el club.
A pesar de sus grandes actuaciones, solamente jugó cuatro partidos en la Selección Argentina, debido a la gran cantidad de excelentes jugadores que fueron contemporáneos suyos en su puesto. Sin embargo, tres de estos partidos fueron en la Copa América de 1937, donde el conjunto nacional obtuvo el título como local.
En 1947 se quedó con el pase en su poder y, a pesar de tener distintas ofertas, no aceptó jugar en otro equipo argentino. También lo quisieron de Chile y Brasil, pero aceptó la invitación de su amigo Severino Varela y se fue a jugar a Danubio, donde se retiró del fútbol.
En 1950 asumió como técnico de Boca y salió subcampeón, pero por un desencuentro con un dirigente se fue del club. Cuatro años más tarde tuvo revancha y pudo obtener un recordado título, ya que el club hacía diez temporadas que no lograba salir campeón. Luego del título, renunció y nunca volvió a dirigir.
Más tarde, por iniciativa de su Dante Panzeri, se acercó al periodismo. Colaboró con la revista El Gráfico, escribió en La Prensa y participó del programa de televisión Deporte con Opinión, siempre hablando y analizando fútbol.