Con la clasificación a octavos confirmada, la Selección Argentina, como el resto de las delegaciones, tuvo un día libre en medio de la competencia. Así, algunos jugadores aprovecharon para descansar en las habitaciones, otros disfrutaron de la visita de los familiares que vinieron hasta Bucaramanga y el resto aprovechó a pasear por la ciudad.
Damián Stazzone, por ejemplo, tomó unos mates con sus padres en el hotel, junto con Alamiro y Constantino Vaporaki, que recibieron la visita de su madre. “Estamos contentos porque logramos el primer lugar que nos habíamos puesto como objetivo, y llegó el momento de disfrutar en familia, más relajados, descansar de la competencia y el ritmo que te impone el Mundial”, comentó Alamiro.
También el cuerpo técnico aprovechó el hecho de no entrenar, aunque buena parte del día la dedico a preparar los videos del próximo rival. De todos modos, aprovechó un momento para charlar con el técnico y jugadores de la delegación de España que, también clasificada, viajó a Medellín para jugar allí el miércoles su partido frente a Kazajistán.
Fernando Wilhelm, el capitán del equipo, le sacó el jugo a la tarde para conocer algo de la ciudad, junto a Leandro Cuzzolino y Cristian Borruto. “Es bueno tratar de descomprimir un poco, cambiar el aire, desenchufarnos; hace ya varios días que estamos juntos y con la cabeza puesta en la competencia y en los objetivos que nos hemos puesto", contó Fernando, el hombre que llegó a Colombia con la experiencia de tres mundiales en el lomo y veinte partidos en las ediciones de Guatemala, China-Taipei y Brasil.
Luego, a las17 (19 horas en Argentina) el cuerpo técnico invitó a los familiares y amigos que están en Bucaramanga para que compartan la merienda con el plantel, en lo que serán las últimas horas de distensión antes de meterse mañana en el partido contra Ucrania, con una jornada de trabajo en doble turno. En el horizonte, el próximo objetivo: la clasificación a cuartos de final