15/08/2016

Historia detrás de la bandera

Un nuevo hombre de negro sale a escena en afa.com.ar. Esta vez el protagonista es Gabriel de Oto, árbitro clase 4 (juez de Juveniles A y B y asistente en la Primera B), quien además de desempeñarse en dicha labor, fin de semana tras fin de semana se para frente al público a brindar un show de stand up y, durante su día a día, se encarga de ayudar a los más chicos. Una historia que vale la pena conocer...


Gabriel se define como un amante del fútbol al que le picó tarde el bichito por el deporte y, con 21 años, ya no podía comenzar una carrera futbolística. Fue por ello que buscó vivir este deporte desde el arbitraje. Pero, ¿cómo arrancó su labor actoral? Aquí lo cuenta: "El año pasado hice el curso de stand up por una necesidad de ver las cosas cotidianas de una manera mas divertida y poder compartir ese pensamiento, salir un poco de lo rutinario y reír un poco, algo que, muchas veces, es muy necesario".


Además, el juez pasa sus días brindando ayuda a los más jóvenes, ya que su otra labor es dentro de un instituto de menores, "comencé a trabajar ahí hace seis años y una de las cosas que me impulsaron a tomar en ese trabajo, justamente, es mi rol de árbitro, ya que estoy acostumbrado al contacto y manejo de chicos. Más allá de las labores diarias, con mis compañeros guardias hacemos de 24 horas, tratando de acompañar a todos los jóvenes del instituto, cubriendo sus necesidades básicas", nos cuenta Gabriel sobre sus tareas.


- ¿Y cómo es tu labor diaria en tus otros dos trabajos?
-El día a día en el arbitraje es tratar de llevar una vida lo más sana posible, tanto con las comidas, como entrenando y tratando de hacer una buena labor las jornadas de partidos. El stand up es particular para los días de show, porque estoy esperando en las horas previas el momento de subirme al escenario y siento un cosquilleo especial, parecido a cuando me toca dirigir.


Muchas veces, el mundo es un pañuelo, y a pesar de tener tres labores totalmente diferentes, personajes de distintos ambientes se cruzaron en las variadas actividades del juez. Aquí las cuenta: "Varias veces, colegas arbitrales fueron a verme a algún show, o también me pasó que comediantes se interesaran en mi actividad arbitral. Pero lo más llamativo me pasó en el instituto: un chico al que dirigí en Inferiores, por esas cosas duras que pasan en la vida, terminó en el instituto donde yo trabajo, me reconoció y hablamos de ese partido y de muchas otras cosas. Es un joven con muchas condiciones que terminó muy perjudicado".


La charla finaliza con una reflexión del protagonista sobre la unión entre sus tres labores: "El punto común que tiene mis actividades es la responsabilidad. Hay que tenerla a la hora de hacerte cargo de un partido, de un grupo de jóvenes en situación de encierro o  de gente que quiere divertirse con lo que vos digas. Por lo menos así enfrento mis trabajos, tratando de que salgan lo mejor posible en base a la responsabilidad."