En 1996, Facebook ni siquiera era un embrión, las radios hacían sonar hasta el hartazgo La Macarena, Carlos Menem transitaba en la Argentina su segundo período en la presidencia y Central Ballester le sacaba lustre a la estrella producto de su ascenso a la Primera C. En dicho salto de categoría, Juan Carlos Albarello resultó una de las figuras y celebraba por partida doble, porque al mes iba a nacer su hijo. Decidió poner su carrera en pausa. Una pausa larga, que hoy lo transforma en una celebridad en el Ascenso.
Tuvo un reingreso breve, en 1999, a los 32 años, con la camiseta de Juventud Unida, “y pude entrar a la cancha con mi hijo”, cuenta. Y después los botines volvieron a quedar colgados. “Dejé de jugar 17 años”, Tati pone en números el parate. Y si le subraya un límite a ese freno es porque volvió. Para esta temporada, en su Central Ballester. Con jóvenes 49 años. Sin ir más lejos, el domingo, ante Puerto Nuevo, fue titular en el triunfo del Canalla. Y se bancó los 90' como un dandy. "Es una oportunidad de vida que me dio Dios. Quizás, hay muchas personas que quisieran hacerlo y no pueden", prologa Tati su historia de superación.
¿Cómo se abrió esta puerta impensada para Albarello? "El año pasado fui a ver a Ballester versus Juventud Unida. Me encontré con Beto Romano, el técnico de Central Ballester; hemos jugado juntos. Nos cruzamos en la cancha, nos saludamos, nos sacamos una foto... Y me preguntó: 'cómo estás para los cortos'. Me dijo que me iba a llamar. Yo lo tomé como un chiste. Pero pasaron unos meses y me llamó. Me dijo: 'Tati quiero que vengas a hacer fútbol con nosotros y te quiero en el plantel. No te lo dije antes porque estaba esperando que viniera el presidente Gori Orquera'. Y Gori me comentó que él también había pensado en sumarme Ese noche no pude dormir hasta las 4 AM por la ansiedad de volver a estar en un plantel", narra la genealogía es este momento particular que le toca vivir.
Así, su aventura en la Primera D lo cruza con compañeros o rivales que, cuando él debutó en Primera (1985,) ni siquiera habían nacido. "Con los jóvenes me manejo muy bien. Sé respetarme a mí mismo para respetar al otro. Cambiaron muchas cosas, partiendo desde la música en el vestuario. También se modernizaron otras, siempre para bien. Pero yo, desde que dejé de jugar, me mantuve en forma jugando al fútbol y dirigiendo como árbitro en una liga. Siempre me caractericé por comer sanamente y hacer deportes. no tengo problemas", alega.
Y mientras la pelota corre a velocidad 2016, Tati exprime el oficio para brindarle al equipo virtudes como delantero que van más allá del vértigo: "Trato de sacar provecho de los buenos jugadores que tenemos, jugando de primera o tirando una pared. También en la pelota parada, ya que soy de ir potente arriba. Empleo la experiencia o la paciencia, pivotear, picar al vacío. Trabajar sobre los centrales, generar lío en la defensa, o tenerla si vamos ganando". Y sus cualidades son resaltadas hasta por los jueces. "Soy de saludar y dar bendiciones a todos los árbitros. Y el otro día uno se me acercó y me dijo: 'lo veo intacto'".
Pero el sueño de Juan Carlos Albarello no se agota en el hecho de la particularidad, del récord. "Los objetivos que me planteo son poner bien arriba a Cental Ballester y, por qué no, lograr un anhelado ascenso a la Primera C, tal como lo tuvimos en el 96. Y ponerle una estrella en la camiseta otra vez", subraya,y ese deseo se puede ver reflejado en el video-presentación del plantel para la temporada. Ahí se puede observar la arenga de Tati, sentida, histriónica, señalándose la estrella que él supo ayudar a hacer brillar y convocando al esfuerzo por esculpir una nueva.
¿Y la pelota hasta cuándo? "Jugaré a este bendito deporte hasta que me den la mente, el cuerpo y el espíritu", dice. Y el espíritu, como la pasión, no tienen edad.
El presidente, un ejemplo de tiro largo
Luis Orquera, Gori, hoy es el presidente de Central Ballester. Pero antes fue jugador y referente en el club (además tuvo pasos por Juventud Unida y Ferrocarril Urquiza). Se retiró en 2015, a los 43 años, por lo que entiende desde el ejemplo todo lo que puede aportar Albarello. "A Tati lo veo muy bien. La experiencia también hace la diferencia", destaca. ¿Y la receta de la eterna juventud futbolera? "Es cuidarse y tener muchas ganas en los entrenamientos, porque hoy jugás con chicos de 20 años y tenés que estar muy bien físicamente", pasa el dato.