Buena parte de la historia estaba escrita, los goles de Maradona y el 2-1 a Inglaterra en cuartos de final ya formaban parte de las páginas de oro del fútbol mundial, pero qué hubiese sido de ese partido anotológico si Argentina interrumpía su camino a la gloria. Imposible saberlo. Porque la Selección y su capitán siguieron con la rutina del éxito. Tres días después de que el estadio Azteca se convirtiera en más mítico de lo que ya era, la Albiceleste (sí, otra vez con la indumentario tradicional) volvió a pisar el mismo césped para enfrentar a Bélgica, que venía de superar a España en la definición por penales.
"Antes del partido les dije a los jugadores una frase que luego se hizo popular. 'Muchachos, mátense en la cancha. Si hay algo que no puedo soportar es ver las finales por televisión'. Los jugadores salieron como fieras", contaría Carlos Salvador Bilardo tiempo después. Y si bien los muchachos salieron como fieras, tal cual dijo el Doctor, la diferencia en el marcador no llegó hasta el segundo tiempo y otra vez fue desde la zurda mágica del 10, primero para cachetear con el revés del botín un pase quirúrgico de Burruchaga y más tarde para hacer un desparramo que, de no existir el segundo tanto a los ingleses, tranquilamente podría haber sido el mejor gol de un Mundial que ya tenía a Argentina en la gran final.
Síntesis del partido
ARGENTINA (2): Pumpido; Cuciuffo, Brown, Ruggeri; Giusti, Batista, Enrique, Olarticoechea; Maradona, Burruchaga (ST 41' Bochini); Valdano.
BÉLGICA (1): Pfaff; Gerets, Grun, Demol, Renquin (ST 9' Desmet); Vervoort, Scifo, Vercauteren, Ceulemans; Claesen y Veyt.
GOLES: ST 7' y 18' Maradona (A).
AMONESTADOS: Valdano (A) y Veyt (B).
ÁRBITRO: Antonio Márquez Ramírez.
ESTADIO: Azteca.
PÚBLICO: 110.000.
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