Así es, Fernando ya puede inmortalizar esa foto junto a su ídolo. Y puede, además, enmarcar su camiseta. Porque esta historia se trata de un chico colombiano que vive y transpira futsal. Por ende, uno de sus referentes en la materia es el gran capitán de la Selección Argentina, que palpita la semifinal contra Portugal con absoluta seriedad, pero jamás se niega a pasar un rato junto a sus fanáticos. En definitiva, porque la Albiceleste genera y se presta al calor de los hinchas colombianos, criollos y de distintas latitudes.
En este caso, el instante quedará grabado. Postal atesorada en la caja de gratos recuerdos de Fernando, tocayo de Wilhelm y fervoroso seguidor de la disciplina que él mismo bien sabe desemepeñar sobre el parquet. Y su condición de no vidente no se lo impide. Claro que no. Si es el deporte que ama.
Ahora bien, con casaca puesta, los dos Fernandos pueden compartir una buena charla futbolera. "Primero, quiero destacar el apoyo que sentimos por parte de la gente, aquí en Colombia y el que llega desde Argentina", afirma Wilhelm. Y agrega, como protagonista fundamental de lo que será el duelo ante el equipo luso, su cuota de experiencia: "Queremos que llegue la hora del partido, estamos muy bien".
Los deseos del dueño de la cinta albiceleste son órdenes, debe ser por eso que, en un abrir y cerrar de ojos, llegó el día de la gran semifinal. Sí, los análisis quedan en el pasado. Y atrás queda, también, el recuerdo de aquella semifinal en el Mundial China-Taipei 2004 frente a Brasil, récord en ese entonces para el equipo nacional del que Wilhelm fue parte. ¿Hicieron las cuentas? Se trata de un hombre crecido en el mundo Selección, pero que aún tiene tela para cortar. Y, que no queden dudas, hoy no se conforma con llegar a esta instancia...