Tenía que volver él. No es el goleador del equipo, tampoco el jugador más desequilibrante. Pero no por nada Fabián Cubero es el capitán de Vélez y el jugador que más veces vistió su camiseta. Justamente llegó a esos roles por aparecer cuando el equipo más lo necesita. Y en la fecha 22 volvió a demostrar su importancia: Poroto convirtió uno de los dos goles en la victoria de su formación ante Aldosivi, por 2 a 1, que significó el retorno del Fortín a la senda ganadora, tras siete encuentros sin festejos. ¿Y quién había anotado en el anterior triunfo? Cubero, quién si no…
Y eso que Cubero no es un defensor goleador. De hecho, el que marcó el sábado fue su 16° gol en 567 partidos, marca de presencias con la que dejó muy atrás a Pedro Larraquy, anterior poseedor del récord de partidos jugados, con 457. Y vaya constancia, la de Poroto, quien fue clave en el 2-o contra Boca, el 31 de mayo, por la fecha 14, y regresando a la titularidad tras seis partidos suspendido volvió a aparecer en la red rival. Justamente, ganándole a Aldosivi, Vélez cortó la seguidilla negativa, que se había originado luego de ganarle a Boca, como también les pasó a otros equipos. Y de la mano de Cubero, el Fortín ratificó su máxima a lo largo del torneo: en todos los partidos que ganó de local convirtió dos goles.
Goles son amores, pero Cubero hace de las presencias otro encantamiento. Y en poco tiempo conjugó esos dos aportes para devolverle a Vélez la sonrisa. Será que el Fortín necesitaba comer Poroto…