Todo el mundo sabe el significado especial de llevar la diez en la espalda y Eduardo Villalva, con sus 23 años, la vistió con personalidad para convertirse en una de las figuras en los primeros partidos amistosos contra la selección de Estados Unidos.
Autor de dos goles en el segundo encuentro, Eduardo tuvo recién ahí el premio que se le había negado en el primer partido, cuando una pelota suya tirada de rabona por encima del arquero salió apenas desviada y otra le fue devuelta por el travesaño.
-¿Qué balance hacés de tu debut en la Selección?
-A decir verdad, lo viví bastante nervioso, sentí la presión de mi primer partido… Pero en el segundo estuve más cómodo, me fui soltando de a poco y en eso los compañeros me ayudaron mucho, además pude convertir.
-¿Cómo viviste la convocatoria de Giustozzi?
-Cuando me citaron apenas lo pude creer, hace sólo un año que estoy jugando en la Liga (jugó ante en la liga de la Asociación Metropolitana de Futsal), en Pinocho, y fue todo muy rápido, pero estoy muy contento, Diego nos da toda la confianza para trabajar y entrenar con él es una oportunidad para seguir aprendiendo.
-¿De qué tenés ganas ahora?
De disfrutar esto y compartirlo con mi familia y mis amigos.
Eduardo fue uno de los más requeridos en el final y estuvo varios minutos después del encuentro para sacarse fotos con la gente. Él ya es una promesa del futuro para la Selección.