Finalizada la práctica vespertina de la Selección Argentina en Boston en la Universidad de Harvard, el periodismo presente tuvo contacto con tres integrantes del plantel, siempre reclamado tanto por fans como por cronistas.
Javier Mascherano, uno de los capitanes del Seleccionado, habló sobre el cruce por cuartos de final con Venezuela, este sábado, afirmando que "es importante jugar sabiendo que si te equivocás, te podés volver a casa. No hay que dejar que el rival tenga la sensación de que nos puede lastimar. Nuestra intención es ser protagonistas y defender lo más arriba posible, ser impredecibles, tener opciones". Acerca de su particular situación, cargando con una amonestación, señaló que "no podés jugar pensando en que te pueden suspender. Por suerte el equipo demostró tener variantes ante ausencias”. Y sobre los roces en los partidos ante Panamá y Bolivia, añadió: "Que haya un alto grado de fricción no significa que no haya respeto. Somos bastante grandes para controlarnos".
Por su parte, Sergio Agüero contó que "a Leo (Messi) lo veo muy bien, creo que tiene más ganas de jugar que cualquiera de nosotros"; mientras que sobre su participación en el equipo fue claro: "Sabía que puedo llegar a ser suplente, porque Pipa tuvo una temporada tremenda. Venimos peleando desde hace tiempo por el puesto y sabemos que es una exigencia muy grande. Estar del lado de afuera no es otra vida para mí: desde los 18 años fui suplente en la Selección, de Carlos (Tevez), de (Hernán) Crespo… Siempre a la espera, hasta que llegó Sabella. No es que me acostumbro, trato de dar lo máximo cuando me pongan, tirando todos para el mismo lado”. También cerca de superar una marca (Agüero está a un gol de Crespo, tercer goleador histórico de la Selección), el Kun le apuntó a la marca de Batistuta como máximo artillero, a tiro de Messi: “Leo piensa como yo: si el gol lo hace otro para ganar, mejor. En algún momento va a pasar el récord de Batistuta, le queda mucho en la Selección”.
Y Lucas Biglia se refirió a las lesiones que viene sufriendo la Selección, incluida la suya: “Ver compañeros lesionados es desagradable pero con trabajo y con calma se acomoda. En lo personal, cuando supe el grado de la lesión pensé que tenía que volverme pero me tomé la noche para pensarlo… Al día siguiente noté una pequeña mejoría y le pedí al entrenador que me dejara quedarme para intentar recuperarme y poder jugar. Aprovecho para agradecerle a (Guido) Pizarro por no haber hablado sabiendo que él iba a ser mi reemplazante”.