Jornada a puro concepto en la sede de la Asociación Rosarina de Fútbol. Matías Lucuix y Diego Giustozzi, dos referentes del futsal a nivel nacional y mundial, que llevaron a la Selección Argentina al campeonato ecuménico celebrado en 2016, dialogaron con colegas de la disciplina en la previa del duelo entre Argentina y Vietnam. Aspectos del juego como la presión para los más chicos en una etapa de transición, los procesos de afianzamiento de identidad, confianza y etapas de trabajo en categorías juveniles antes de su paso a la Mayor, fueron algunos de los fundamentos tratados en un ida y vuelta de más de una hora y media.
A continuación repasamos algunas de las principales frases de los entrenadores:
Matías Lucuix
Nosotros vamos adaptando las convocatorias a los jugadores de los que disponemos, que son siempre los que consideramos mejores, porque tenemos la ventaja de elegir. Tenemos una marca registrada que es nuestra identidad defensiva. En ataque vamos trabajando sobre el hábito del jugador, la toma de decisiones en función del contexto.
Intentamos siempre potencias las cualidades del jugador, con un ADN característico pero sin una estrategia inflexible.
Hay que dominar una estrategia al máximo, eso sí es importante. Se trabaja mucho para lograr el objetivo, y luego se potencian variantes para hacer el juego menos previsible.
En la Selección se buscan jugadores con ciertos fundamentos que son esenciales para nosotros: desplazamientos, posturas, dominio de los espacios, repliegues y tenencia, entre otras cosas. En los microciclos trabajamos en el dominio de esos conceptos, para luego pasar a otros. Se hace mucho énfasis en el dominio de la toma de decisiones, pero mediante tareas y creativas, con paciencia.
Muchas veces, a la hora de corregir a un jugador, es importante preguntarle qué vio él, o ella, porque a veces el entrenador también aprende de ellos.
La mecanización desmedida es negativa. Sucede mucho que los entrenadores eligen jugadores muy obedientes pero de poca creatividad o calidad distinta. A veces se termina generando un ambiente de toma de decisiones automatizadas, prioridad total al sistema, y eso va en desmedro de la interpretación y de la intuición.
El exceso de información no tiene que confundir. Se forja una filosofía de juego en base a convicciones y contexto. Los entrenadores argentinos tienen muchísimas condiciones, tenemos futsal de alta calidad y materia prima de nivel mundial.
Diego Giustozzi
Argentina es distinta al resto del mundo, la gestión de grupo es completamente diferente. El jugador argentino es inteligente, obediente, y tiene calidad. Yo tuve que cambiar mucho mis formas en estos años afuera del país.
El jugador argentino sabe sufrir, modera su ego.
El manejo de inseguridades es clave a la hora de liderar un grupo. Se debe buscar un equilibrio en la gestión emocional y de diferentes personalidades, hoy esa faceta es fundamental para un entrenador.
El recurso del arquero-jugador es muy relevante en el futsal actual, que cada vez es más parejo y se suele definir en minutos finales.
Creo que el futsal a nivel general está creciendo mucho y los jugadores cada vez son más exigentes con el orientador. Hay que estar a la altura, pero para eso se debe trabajar mucho. No alcanza con tener una libreta con tareas, jugadas preestablecidas o sistemas..., se necesita mucha psicología, gestión grupal, además de concepto.