15/10/2016

Compañeros de los campeones

Los emociona el solo hecho de vestir la camiseta de la Selección Argentina. Los transforma. Son jugadores del Sub 20 que se prepara para el Sudamericano que se disputará en Uruguay en diciembre, dirigidos nada menos que por Diego Giustozzi, entrenador Campeón del Mundo. Pero Mauricio Fabrizio, Lucas Flores, Dylan Vargas, Franco Martínez Rivera y Tomás Moyano no tienen ese único vínculo con alguien coronado en Colombia: todos son compañeros de jugadores que tienen en su casa la medalla dorada mundialista. Fabrizio comparte equipo y puesto en Barracas con Matías Quevedo; Flores juega en Boca con Alamiro y Constantino Vaporaki; Vargas es compinche de Damián Stazzone en San Lorenzo; Martínez Rivera y Moyano crecen junto a Santiago Basile en Kimberley. Reunidos por afa.com.ar tras la segunda práctica rumbo a Uruguay, coinciden: "Es un orgullo ser dirigidos por Diego y, encima, poder compartir todos los días con jugadores que ganaron el título mundial".

 

Franco Martínez Rivera rompe el hielo  y señala que "el Mundial se vivió de manera especial, porque es la competencia más importante y porque, además, había un compañero nuestro en la Selección. En Kimberley estábamos todos pendiendes del equipo y de Santi (Basile). Siempre estábamos en contacto con él porque lo que se vivió fue impresionante". Compañero de ambos, Tomás Moyano cuenta que "fue una locura la Copa del Mundo. Éramos todos fans de Santi. Es un orgullo entrenar todos los días con él, es un ejemplo adentro y afuera de la cancha". Hablando de orgullo, los dos utilizan esa palabra para describir lo que significa participar de este proceso de la Selección Sub 20, bajo la batuta de Diego Giustozzi. Y apuestan: "El sueño de todos es jugar el Sudamericano. Y sabemos que hay equipo. La ilusión es muy grande".

 

Otro club con campeón bajo su órbita es San Lorenzo, con Stazzone como abanderado.  En Ezeiza, tras la consagración de Argentina en Colombia, otro jugador azulgrana se pone la camiseta de la Selección, Sub 20 en este caso: Dylan Vargas. De su mano, una confesión: "Siempre hablábamos con Damián y un día chateamos antes de un partido. La Selección ganó y se transformó en cábala. La verdad, lo que hizo el equipo fue de otro planeta. Somos campeones del mundo. Y todos los jugadores se merecen el mejor reconocimiento. En San Lorenzo le hicieron una fiesta a Damián y fue muy emocionante. Cuando habló él ante el público, todos nos emocionamos". Como todos estos jóvenes de la Sub 20, en Ezeiza hay yapa para Vargas: "En el club es aprendizaje permanente y además tenemos a Diego dirigiéndonos en la Selección. Es un lujo para nosotros".

 

Si hablamos de lujos, Lucas Flores tiene sobrados motivos para sentirse cercano a la consagración: además de ser destinatario de las órdenes de Giustozzi, en Boca es compañero de los hermanos Vaporaki. "No podíamos creer lo que estaba haciendo la Selección. Y el plantel del club lo vivió muy de cerca, por cómo son Kiki y Ala, todos queríamos que les fuera bien, más allá de que uno le desea lo mejor a Argentina en cada presentación. Nos daban mucha ansiedad los partidos y ellos fueron protagonistas, con goles, con participaciones importantes. Cuando volvieron fueron recibidos con mucha alegría. Sobre todo porque nos ayudaron a cortar una mala racha del equipo, ja ja", se alivia.

 

Y hasta coincidiendo en el puesto, Mariano Fabrizio es compañero de Matías Quevedo en Barracas. "En el club estábamos pendientes de la Selección y de Mati, por supuesto. Yo chateaba todo el tiempo con él... Nos juntamos todos a ver la semifinal y no la podíamos creer. Encima, volvió a entrenar un día después de haber vuelto al país, fue un momento muy bueno, nos contó sus vivencias, es impresionante".

 

Lo dicho, con campeones en sus clubes, en la Selección los guía el mentor del Campeón del Mundo: Giustozzi. Al unísono, los cinco afirman: "Es un orgullo y ahora tenemos la vara muy alta. Ojalá que en el Sudamericano  podamos estar a la altura de lo que generó la Selección Mayor". Para eso trabajan...