24/09/2016

Con el arco bien custodiado

Son un equipo en sí mismo. La Selección de Giustozzi ya jugó cuatro partidos en el Mundial de Colombia. Pero el entrenador viajó con la idea de que Argentina tiene la oportunidad de jugar siete partidos. Por eso formó todo un equipo en el arco, con Nico Sarmiento, Guido Mosenson y Matías Quevedo.

 
El arquero que conoció en River y ahora juega en el Palma de España estuvo presente en todo el ciclo de Giustozzi. Por eso, fue una consecuencia lógica que fuera la primera opción para el DT en el máximo certamen del futsal mundial. Sarmiento hace su debut en Copas del Mundo, pero a pesar de eso, transmite la tranquilidad de años de experiencia con la Celeste y Blanca.

 
“Estar acá es una experiencia muy linda. Cualquiera sueña con jugar un Mundial con su selección. Es algo distinto a todo y creo que estamos haciendo una buena Copa, analiza Nico. "Tuvimos un muy buen primer partido y luego cumplimos en los dos siguientes con los resultados que necesitábamos para clasificar. En el último partido contra Ucrania volvimos a tener el juego que creo que buscamos, eso es importante y nos deja buenas sensaciones para lo que sigue en el campeonato", analiza el portero de Argentina.

 
Otro de los argentinos que viajó a Colombia para defender los tres palos es Quevedo, que vive su segunda experiencia mundialista, ya que estuvo en Tailandia 2012: "estamos viviendo esto con mucha alegría, con mucho entusiasmo. Estamos jugando muy bien, está muy bien el equipo y tenemos mucha expectativa por lo que viene”, explica Matías.


Es el turno de Mosenson. El tercero de los arqueros del Seleccionado hace un balance de lo que pasó hasta ahora y se ilusiona con el futuro en el Mundial. “Es inevitable que cada paso que damos nos vaya generando mayor ansiedad. Por eso, sentir como nos apoyan desde Argentina es increíble, nos llena de orgullo", cuenta el arquero de Hebraica.


Jugar con la Selección es especial. Y hacerlo en un Mundial es diferente. Cada uno de los arqueros se refirió al apoyo de su familia en el transitar de la Copa. “Salir a la cancha y ver a tu familia es algo que no había vivido antes y me pone muy feliz. Además recibo mensajes de un montón de gente de allá, los compañeros del club, de taekwondo, mis amigos, mis hermanos, mis viejos, todos están pendientes de cada partido”, indica Quevedo.

 
Por su parte, Sarmiento está feliz por el aguante del público. “Todo lo que vamos recibiendo de la gente nos llega y nos da mucha fuerza. Tengo la suerte de que mi mamá pudo viajar también para alentarnos desde la tribuna. Las buenas energías que nos transmiten todos en la cancha o desde allá nos dan mucha fuerza, pero más alla de eso uno trata de aislarse de esa euforia que se generó y de concentrarse en el trabajo diario y en cada partido”.

 
El futuro es hoy. El presente es Egipto, un juego decisivo para Argentina, que de ganar se metería entre los cuatro mejores del Mundial. "El grupo está conforme de como están cumpliendo los objetivos que nos pusimos, pero pensamos partido a partido. Ahora vamos a jugar los cuartos de final y no pensamos en nada más. Es un partido muy importante y tenemos que pensar sólo en eso, no es momento de pensar mas allá”, cierra Sarmiento, el titular de un trío que sale a la cancha unido y con un sólo objetivo: dejar a la Selección en lo más alto.