En la vereda de enfrente. Del otro lado de la línea de cal. Su corazón es argentino, pero su sentimiento, hoy, es por Colombia. José Néstor Pekerman le cambió la cara al fútbol del país cafetero. Logró juntar una generación de jugadores con grandes cualidades individuales y potenció un equipo que logró la clasificación al Mundial de Brasil y se ubicó entre los ocho mejores del torneo, perdiendo con el dueño de casa. Pero antes de transformar el fútbol colombiano, el profe provocó una revolución con los juveniles en nuestro suelo.
Su debut profesional con la pelota fue de muy chico. Con 16 años se vistió de Bicho Colorado y tuvo su primera vez con Argentinos Juniors, el club de sus amores. En él jugó gran parte de su carrera y, cuando decidió cambiar los cortos por el buzo de DT, eligió como su lugar en el mundo a las Inferiores. Ahí fue el maestro de alumnos sobresalientes, que transformaron a la cantera de AAAJ cómo una de las grandes escuelas de fútbol en el mundo. Así transitó su vida hasta principios de la década del '90, alternando como segundo entrenador y teniendo que trabajar para vivir. Hasta que en 1994 la Asociación del Fútbol Argentino le abrió las puertas de la Casa...
Con poco más de 12 meses de trabajo, obtuvo su primer gran conquista a unos 13.000 kilómetros de distancia. En Qatar y de la mano de Sorin, Coyette, Ibagaza, Biagini y compañía, Argentina gritaba campeón mundial en Juveniles después de 18 años de espera. Justamente, no tuvo que aguardar mucho tiempo el seleccionado Sub 20 para volver a celebrar. Dos años después y en Malasia, la magia de Riquelme y Aimar, junto a la prestancia de Cambiasso, Markic y el resto de los chicos, hicieron que el equipo de José fuera otra vez el mejor.
Para el próximo festejo la espera fue más larga. Fueron cuatro años. Como local, el equipo de la categoría Sub 20 se metió en el corazón de la gente, que festejó el título en la cancha de Vélez. Con Nico Burdisso como capitán, el fútbol desplegado por Maxi Rodríguez y D'Alessandro, y los goles de Saviola fueron historia.
Fueron tres títulos para Pekerman. Fueron decenas de jugadores promovidos a la Primera División de sus clubes y despúes a Europa. Pero el sello de José se veía en el fútbol y en la conducta dentro y fuera de la cancha. Mostraba ser un Un formador de personas antes que DT.
Con los laureles en el pecho, en 2002 se convirtió en el Coordinador General de las Selecciones. Sin pensarlo, el declive de fuerzas de Bielsa lo catapultaron al cargo de entrenador en jefe de la Selección Mayor, un puesto que nunca pensó ocupar. Con el equipo encaminado a la clasificación para el Mundial, aprovechó para volver a conducir a sus ya grandes chicos, futbolistas formados y que se destacaban en las mejores ligas del planeta. Fue en el proceso de Eliminatorias donde se enfrentó por primera vez contra Colombia, hoy su hogar: en el Monumental, Crespo fue la llave para el triunfo argentino en marzo del 2005. Un año después, con el dueño de casa y por penales cayó en los cuartos de final de Alemania 2006. Fue la última vez que se lo vio vestido de Celeste y Blanco con el Seleccionado Mayor, donde ganó 12 de los 21 partidos que lo tuvieron como entrenador, sumado a los cuatro empates y las sólo tres derrotas que cosechó en su cargo.
Un par de experiencias en México, la primera siendo campeón en Toluca, y la restante logrando salvar del descenso a los Tigres de la UANL, parecíeron ser sus últimas experiencias en el fútbol. Hasta que recibió un llamado. El triunfo argentino por 2-1, con goles de Messi y Agüero, en Barranquilla, fue el golpe final para la Selección Colombia de Leonel Álvarez. "Hola, José", se escuchó del otro lado de la línea, con tono caribeño. Era el llamado que esperaba. La oportunidad para ser entrenador de nuevo de una selección. Y de no cualquier selección. Colombia lo recibió con los brazos abiertos porque lo necesitaba para volver a ser mundialista después de 16 años.
Bajo su conducción, el conjunto colombiano mejoró. En junio de 2013 sacó un empate valioso (0-0) en el Monumental de Núñez y terminó segundo en las Eliminatorias, a dos puntos del equipo nacional. En Brasil 2014 ganó sus primeros cuatro partidos. Grecia, Costa de Marfil y Japón, padecieron el fútbol de James Rodríguez y los goles de Teo Gutiérrez. En octavos de final se enfrentó a la selección sudamericana que había llegado más lejos en Sudáfrica 2010: Uruguay no pudo con el equipo de José, que ganó 2-0 y se metió en Cuartos por primera vez en su historial mundialista.
Año nuevo, vida nueva para la Colombia de Pekerman. Una Colombia ganadora, ya que en 39 partidos, los cafeteros fueron ganadores en 26 encuentros, con siete pardas y seis caídas.
Mañana, José vivirá una encrucijada. Después de más de tres años siendo el entrenador de los cafeteros, cosechó afecto entre la gente del país. Lo quieren y saben el significado que ha tenido y que sigue teniendo su mano en la selección. Eso él lo valora. Lo mismo le pasa cuando pisa nuestro suelo. El suyo, en el que creció y se hizo grande. En el que hizo crecer a chicos y los elevó al máximo. Por eso, siempre sus equipos serán recordados. Los equipos de José...