El Bicho necesitaba cortar una racha de cuatro derrotas consecutivas y lo consiguió, aunque el punto no le sumó demasiado porque ahora acumula siete jornadas sin ganar. Para el Tomba la mirada del resultado es similar: rescató un empate, pero lleva 630 minutos sin convertir en condición de visitante.
El 0-0 fue la consecuencia lógica de un encuentro anodino, en el que ambos equipos se repartieron el control del balón (producto de la imprecisión) y generaron escasas situaciones de gol.
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