El hombre que guió a la Selección Argentina de futsal hacia la corona mundial tiene un nuevo desafío por delante, con sus pibes. El Seleccionado Nacional Sub 20 debutará esta noche, a las 22.30, en el Campeonato Sudamericano de Uruguay, justamente ante su par local, y Diego Giustozzi, su técnico, el que revolucionó el futsal junto a la Mayor en Colombia, cruzó el Río de La Plata con la confianza de siempre, según demostró en diálogo con afa.com.ar: “Llegamos bien al torneo, éste es un equipo competitivo, que cuando arrancamos a trabajar, jugando partidos importantes, contra equipos importantes, demostró saber sufrir, saber a qué tiene que jugar. Eso me da tranquilidad, aunque es verdad que con todo lo que se generó y pasó después del Mundial no pudimos trabajar como realmente queríamos, pero tengo confianza en que la competitividad de los chicos nos va a permitir hacer un buen torneo.
-¿Llega motivado el plantel al torneo?
-Sí, a esta edad es difícil que no estén motivados. Es más, hay que manejar que la ansiedad no les juegue en contra a los chicos: la motivación puede pasar a ser un problema más que una virtud. Tenemos que estar tranquilos, jugar como entrenamos: si lo hacemos podemos llegar lejos. Si nos pesan los partidos nos va a jugar en contra…
-¿Qué esperás de los rivales?
-Llego con el antecedente de haber dirigido el Sudamericano Sub 20 anterior, en el que me dieron la Selección poco antes del torneo y, de acuerdo a lo que vi, en este tipo de torneos, en estas categorías, pasa que no hay una idea de juego como en los torneos de mayores. Acá hay situaciones distintas que a nosotros nos juegan en contra: muchas veces el desorden del rival nos desordena a nosotros y es lo peor que nos puede pasar.
-¿Debutar contra Uruguay, el local, es una prueba de fuego?
-A nivel de juveniles es difícil sacar conclusiones antes de tiempo, porque tal vez te encontrás con jugadores de calle, de barrio, o con jugadores jóvenes pero con mucha experiencia y los equipos te terminan jugando con cuatro o cinco jugadores solamente durante todo el partido. Se dan situaciones de juego anómalas, por eso no me gustó mucho el Sudamericano anterior, y no creo que éste cambie mucho. Obviamente sabemos que Brasil será el primer candidato y el resto puede dar sorpresas.
-¿En esta categoría importa sólo el título o pesan las formas en que se pueda conseguir?
-Está claro que el objetivo de juveniles es formarlos y desarrollarlos para que el día de mañana sean grandes jugadores en Primera. Pero una manera de formarlos bien es ganar. Ganar hace que el jugador sepa ser competitivo, sepa sufrir, sepa convivir con esa presión y ese desafío. Pero lo que queremos nosotros es formar jugadores para que el día de mañana Argentina se mantenga en la elite y que este Mundial que ganamos no quede sólo en la victoria de un cuerpo técnico o de un grupo de jugadores
-¿Y a este plantel Sub 20 le puede pesar el título conseguido por la Mayor?
-No tiene que ser una presión para nosotros, yo por lo menos no la siento. Muchos me dijeron “para qué vas a entrenar a la Sub 20, te vas a quemar, sos Campeón del Mundo”. Y a mí eso no me cambia la vida, ni pienso ni tomo decisiones porque salí Campeón del Mundo. Espero que los chicos sepan convivir con esa responsabilidad porque es una responsabilidad linda. Siempre digo lo mismo: cuando alguien te exige y te presiona es porque realmente vos podés dar. En la Selección Mayor nosotros hicimos eso: nos auto presionamos, nos auto exigimos, nos pusimos la vara alta porque yo sabía internamente que lo podíamos hacer. Y con estos chicos yo sé que lo podemos hacer: podemos ganar. Pero a estos niveles se generan situaciones anómalas y nunca sabés cómo puede reaccionar el equipo.
-¿Puede haber cambiado la mirada de los rivales? Llegan las bases del Campeón del Mundo.
-Sin ningún tipo de duda. Ya, por nuestro estilo de juego desde que yo soy técnico, poco a poco, torneo a torneo, me fui dando cuenta de que los rivales nos daban todo el protagonismo y jugaban a perder por pocos goles y ver si nos podían rasguñar un empate o una victoria sin importar el juego, como le jugaron a Brasil toda la vida. Eso fue un problema para nosotros porque no estábamos acostumbrados, en cambio hace 20 años que Brasil sabe cómo le van a jugar. Todo esto va a aumentar, porque hoy Argentina es la revolución en todo el mundo y todos nos van a jugar de esa manera, que es la que menos nos conviene. Pero es lo que nos toca y tenemos que adaptarnos, por eso cambiamos muchos sistemas de entrenamientos
-Venís hablando de un cierre de ciclo personal con juveniles. ¿Es tu último torneo?
-Tengo ganas de que Mati (Lucuix) siga con esto: hizo un gran torneo Sub 17 y tiene todo para seguir creciendo. Así como me siento partícipe de su progreso como jugador lo mismo me pasa con su carrera como entrenador, se lo merece. También me encontré con una realidad en la que no me siento cómodo: los partidos nos son espectaculares, no hay manera de trabajar, de estudiar a los rivales. Sí me siento cómodo entrenando a los chicos, porque en Ezeiza se trabaja de un modo en el que noto que a estos jugadores los hacemos progresar continuamente: si comparo lo que eran estos jugadores y lo que son ahora, son otros jugadores. Tengo ganas de formar un cuerpo técnico más amplio y los dirigentes lo saben. Quiero formar un grupo con roles en la Mayor y también roles en la formación de juveniles.