21/02/2017

Amor argentino a la húngara

Que la Selección Argentina despierta pasiones impensadas a lo largo y ancho del mundo, no es una novedad. Sin embargo, hay historias de fanáticos que continúan sorprendiendo. Tal es el caso de Roland Rajski, quien vive en Újhartyán, un pequeño pueblo en Hungría. Es muy fácil reconocer la casa de Roland, ya que en sus ventanas cuelgan adornos con los colores celeste y blanco. Dentro de su hogar se esconde una colección que sería la envidia de muchos fanáticos: decenas de camisetas albicelestes, acumuladas desde el Mundial de España 1982, cuelgan de sus respectivas perchas en el entrepiso de la casa. Aunque el número 10 es el que más se repite, también se puede observar una casaca con la 11 de Carlos Tevez y otra con la 19 que usó Lionel Messi en sus inicios en la Selección.



"Sigo a Argentina desde que cumplí los siete años. Transcurría 1982 y escuché por primera vez ese nombre: Diego Maradona. Ahora tengo 41 años y mi fanatismo creció conmigo. Cuando en el pueblo ven una camiseta argentina, ya saben que soy yo", relata Roland. Entre todas esas remeras que colecciona el húngaro, hay una que tiene un valor especial. Se trata de la edición que utilizó la Selección en el mundial de Francia 1998, pero con un detalle extra: posee las firmas de muchos de los jugadores que disputaron la competencia en Alemania 2006. "Llegaron a ofrecerme miles de euros por esta camiseta autografiada, pero no la vendí. Quizás esa es la mayor locura que hice por Argentina", señala Roland entre risas.



Claro que no se llevó solo autógrafos de sus ídolos; también posee fotos con figuras de la talla de Lionel Messi, Hernán Crespo, Juan Pablo Sorín, entre otros, tomadas en el aeropuerto de Budapest en 2005. En aquella oportunidad, recordada por la temprana expulsión de Messi en su debut en la Selección Mayor, el equipo de Pekerman se impuso por 2 a 1 ante su par húngaro.



Para sellar su pacto de amor con la Albiceleste, Ronald ostenta dos tatuajes dedicados al fútbol argento. En su gemelo derecho inmortalizó el escudo de la Asociación del Fútbol Argentino, mientras que en su espalda se puede leer "Pibe de oro, gracias Dios por ser argentino", frase referida a Diego Armando Maradona. Otra historia más de una verdadera pasión mundial.