El Mundial de Francia 2019 representa un hito en la historia del seleccionado femenino argentino. Si bien la actuación de las albicelestes configuró su mejor presentación histórica en el certamen, lo que verdaderamente trascendió fue la identificación que lograron con el público y la visibilidad que eso generó para la disciplina.
Antes del partido con Escocia habían pasado muchas cosas: un empate con Japón (subcampeón en el anterior torneo) para obtener el primer punto argentino en la historia de los Mundiales FIFA, una visita al dentista para recuperar el diente de Aldana Cometti, dos premios MVP para Estefanía Banini y Vanina Correa, el reconocimiento de propios y ajenos para la arquera mamá de mellizos tras su actuación con Inglaterra... En síntesis, una revolución albiceleste en Francia que tenía su correlato cruzando el océano: pedidos de entrevistas constantes, presencia en las tapas de los diarios de circulación nacional y hasta imágenes de chicas y chicos mirando los partidos en los colegios.
Con todo ese contexto a cuestas, Argentina salió a jugar el último partido de la fase de grupos. Una victoria aseguraría su pase a la siguiente ronda, algo que nadie hubiera imaginado tras ver los rivales del Grupo D. La Albiceleste salió a la cancha con un planteo ofensivo, buscando dañar rápidamente a las debutantes mundialistas. Corría el minuto 16 cuando ocurrió la acción que podría haber cambiado todo: Florencia Bonsegundo enganchó dentro del área y habilitó a Mariana Larroquette, cuyo cabezazo se estrelló de lleno en el travesaño. En el rebote, Soledad Jaimes tuvo su oportunidad pero se encontró con la arquera escocesa. El lamento de Larroquette anticipaba lo que vendría: tres minutos después, Kim Little convertía el primer tanto del partido.
Argentina se fue al entretiempo perdiendo por la mínima. Sin embargo, apenas iniciado el segundo parcial, un gran centro de Caroline Weir permitió el cabezazo de Jennifer Beattie para el 2-0. El partido seguía su marcha y la Selección no conseguía reaccionar. Para colmo, al minuto 69, Erin Cuthbert capturó un rebote en el área y anotó el 3-0 que parecía sentenciar el partido.
Inmediatamente después del gol, Dalila Ippolito, con solo 17 años, hacía su ingreso al campo de juego. Y cinco minutos más tarde llegaría su habilitación para que Milagros Menéndez anotara el descuento. De los pies de las más jóvenes brotaba la esperanza de la remontada. Argentina siguió intentando, peleando cada pelota para acercarse al arco contrario. Minuto 78: Florencia Bonsegundo corre y corre con el balón, lo intenta pasar pero vuelve a ella, dándole una señal. Desde fuera del área, la ex UAI Urquiza saca un remate memorable. En la planilla oficial figurará como gol en contra de la arquera, pero en las retinas de aquellos presentes en el Parque de los Príncipes siempre será gol de Bonsegundo.
A la noche parisina aún le faltaba un poco más de dramatismo. Perdiendo por la mínima, Argentina se volcó al ataque en los minutos finales. Así fue como Cometti, defensora, se encontró en el área contraria y recibió la falta de Howard. "Te juro que me tocó", repetía la central mientras la jueza revisaba el VAR. Su compañera de zaga, Agustina Barroso, alentaba al público presente, que se había decantado definitivamente por acompañar a Argentina en la búsqueda de la hazaña. La decisión de pitar penal fue acompañada por gritos de emoción en el Parque de los Príncipes. Y allí estaba de nuevo Bonsegundo frente a la pelota, pero su remate fue contenido por Lee. La desazón no duró mucho: el VAR anunció que la arquera se había adelantado. Esta vez, la 11 no falló: en el minuto 93, Argentina se convirtió en el primer equipo en lograr revertir una diferencia de tres goles en el Mundial Femenino FIFA.
Contexto
La algarabía con la que se vivió el empate en Argentina contrastaba con la tristeza de las seleccionadas: sabían que las chances de pasar de ronda se habían esfumado. Poco a poco las caras fueron cambiando: las imágenes de las calles del centro de Buenos Aires mostraban a la gente pegada a los televisores, pendientes de ellas. El reconocimiento final llegó en el Aeropuerto de Ezeiza: una multitud recibió a las jugadoras el sábado 22 de junio antes de las 7 de la mañana. A veces, las victorias más importantes se dan afuera de la cancha.