Lara García no es una más en el mundo del fútbol femenino. ¿Por qué? Porque logró unir dos mundos que si bien parecen diferentes, en realidad no lo son: la música y la redonda. Nacida en Capital, el 27 de mayo de 1999, Lara cuenta cómo dio sus primeros pasos en el fútbol: "Empecé a jugar desde muy chiquita con mi papá y, ya de más grande, con mis compañeros de la primaria".
Sin embargo, otro camino se le presentaría a esta jugadora. Un camino completamente nuevo y diferente al que estaba transitando, pero que igual se animó a caminarlo: "Comencé con la música porque, cuando tenía nueve años, me llegó una invitación a una orquesta infantil y fui a probar porque me interesaba. Al principio era para matar el tiempo, pero después se hizo una rutina y una carrera. Ya van casi ocho años que estoy con la orquesta juvenil", cuenta. Y agrega: "Elegí la trompeta para tocar porque fue uno de los instrumentos con el que tuve más facilidad a la hora de sacarle el sonido".
Así es como Lara logró juntar su pasión por el fútbol con la música y fue descubriendo que no son tan diferentes: "La música y el fútbol están muy relacionados. Muchas veces mi profesor me da ejemplos para algún ejercicio de trompeta que lo relaciona con el fútbol. El fútbol es música también, porque se siente, se hace, se disfruta y se lleva en el corazón".
A pesar de que tiene apenas 16 años, Lara ya sueña en grande: "Mi sueño futbolístico es poder seguir en la Selección, mejorar cada día más, llegar a la Mayor y poder vivir del fútbol. Y con la música, me encantaría poder tocar de solista en una obra con una orquesta profesional de fondo".