“Para mí, ganamos 2 a 0”, avisó Franco López, quien entrena con la Primera del Millo. Y estuviste cerca, Chino, sólo te faltó anunciar el último gol del mellizo Funes Mori. Gol que no pasó desapercibido en el presagio de Lucas Ferraz Vila: “Si Ramiro hace uno, me lo tatúo en la pierna, porque siempre aparece para definir partidos”. Felicidad absoluta en palabras del volante, que, quizá, pueda verse ilustrada en la derecha de este hombre de la Sub 17.
Y tamaña alegría tiene sustento en el excelso presente de la entidad de Núñez, que se refleja claramente en la cantidad de juveniles que entrega para la cantera de la Selección Argentina. En la voz de Bruno Fernández, queda fundamentada la presencia riverplatense en el predio de Ezeiza y, cómo no, en la cima de América: “Hay un grupo muy unido en Primera y también desde las inferiores. Se inculcan valores que son similares a los que trabajamos acá, cuando venimos a entrenar con el Seleccionado. Creo que todo eso, sumado al obvio talento, hace a la realidad que nos toca vivir”. Realidad que ha dejado epopeyas e imágenes imborrables, como la del plantel mayor de River siendo campeón en la Sudamericana y, ocho meses después, levantando también la Libertadores. Historias que Franco Petroli, Luis Olivera y Héctor Martínez también conocen desde adentro.
Es que los pibes comandados por Miguel Lemme festejan por los éxitos elitistas y por los propios. Ellos son parte de ambos procesos, en River y también en la Sub 17, que se prepara para el Mundial en Chile. Sus pronósticos viajaron desde Ezeiza hasta Núñez y, ahora, los hacen campeones de Selección.