02/11/2015

Cuando los chicos crecen

Siendo uno de los más grandes semilleros de nuestro fútbol, por la historia y los jugadores nacidos en su cantera, Argentinos le debe su fama a la composición de sus Divisiones Inferiores. Lo que pocos conocen es la forma en la que estos jugadores empiezan a formarse y quienes están detrás de ellos en su etapa formativa, cuidándolos y brindándoles lo necesario para su desarrollo. 

Uno de los protagonistas en este recorrido es Rodrigo Lista, técnico de la Prenovena, que se encargó de analizar el salto que sufren los chicos del fútbol infantil al juvenil para el sitio oficial de la AFA.

¿Cómo te sentís trabajando en el club?

Hace dos años que dirijo esta categoría y nosotros buscamos formar a un jugador completo, inteligente, con velocidad física-mental y que tenga temperamento. En Argentinos se trabaja muy bien y lo principal es la captación, el primer paso donde se comienza a trabajar en estas Inferiores. Es más, desde la llegada de Fernando Batista al club, eso incluso ha mejorado mucho.

¿Es difícil manejar la última categoría del Fútbol Infantil, sabiendo que tenés que preparar a los chicos para la novena?

Yo lo que trato de inculcarle es lo que se van a encontrar al año siguiente. Tratamos de mentalizarlos en los hábitos que tienen que adquirir para llegar bien armados y no sufrir el proceso. La idea es que el jugador llegue lo más completo posible.

¿Qué cambia en lo deportivo para estos jóvenes?

Los cuidados y el trabajo semanal es algo que cambia de forma concreta. Por la edad de los chicos, ya podemos trabajar de una manera táctica más exhaustiva, con distintos sistemas de juego. Por suerte, el torneo del fútbol infantil es bastante competitivo y eso los prepara.

¿Y en lo personal?

Debemos decirles que el fútbol es algo muy lindo pero no es un camino fácil. Para vivir del fútbol hay que vivir para el fútbol. Ellos tienen que ir entendiendo que deben llevar una conducta y una constancia diferente a compañeros que tienen en el colegio. Deben cuidarse y eso implica perder muchas cosas: las tardes libres, por ejemplo. Ahí es donde aparece la familia, que muchas veces ayuda al chico y en otras es contraproducente, porque quiere saber si su hijo va a poder vivir del fútbol, poniéndole una presión extra.

¿Ustedes los ayudan a manejar el tema de la presión? 

Seguro, incluso las presiones que se dan cuando se te acercan a hablar representantes de chicos, que apenas tienen ocho o nueve años. Es nuestro trabajo, en las primeras etapas de la iniciación en cancha de 11, que el jugador se preocupe por aprender y formarse lo más completo posible, sin desviarnos del objetivo principal: entregar una buena novena al club.